"Ante todo muchas gracias por hacer que nuestra tarea de cuidadora
sea más fácil con todos vuestros consejos. El curso, para mí, ha sido muy
positivo, no solo para mi tarea de esposa cuidadora, sino de cara a cuidar
a toda clase de enfermos”.
"Me ha ayudado a saber llevar el desgaste psíquico y físico que tenía.
Ha sido de mucha ayuda. me siento satisfecha de la labor de cuidar enfermos.
Muy agradecida".
"Le pondría un diez, pero vamos a dejarlo en un nueve. El curso está
muy bien, sobre todo para las personas que cuidamos a nuestros mayores.
Gracias y adelante".
"Lo valoro en la misma puntuación puesto que me ha ayudado en un momento
importante por tener un enfermo en fase terminal en casa".
“En definitiva, que el curso ha sido fabuloso y ojalá lo hiceran otras veces
para otras personas que no hayan tenido oportunidad de hacerlo, lo hagan”.
Manifestaciones como éstas –de alumnas y alumnos de la primera edición del
curso “El cuidado del cuidador”– y la realidad de las personas que cuidan
a otras que padecen enfermedades agudas o crónicas degenerativas, hace que
se pierda perspectiva respecto al fenómeno, que afecta al sujeto enfermo,
a la familia, a la persona que lo cuida, a la sociedad,...
Cuando enfermedades como el Alzheimer, el cáncer, la esquizofrenia,… se
presentan, la familia deber realizar un proceso de aceptación y readaptación.
Este tipo de enfermedades precisa atención 24 horas al día, por lo que la
familia queda muy involucrada en la misma. Las personas que cuidan –ya sean
familiares, voluntarios o voluntarias, o profesionales– soportan una pesada
carga emocional que puede llegar a desbordarlas.
Persuadidos de que aportar herramientas para conocer, un poco más, cómo
ayudarse a sí mismos a realizar su ardua tarea justifica volver a abordar
este curso que se plantea un doble objetivo:
- Primero: facilitar el conocimiento de los procesos de aparición del desgaste
emocional y físico que sufren y cómo evitarlos –ya que el paciente mejorará
si los cuidadores, además de hacerlo lo mejor posible, se en cuentran bien–;
y
- Segundo: procurar entrenamiento en técnicas y en el uso de instrumentos
de afrontamiento y manejo de dicho desgaste, adquiriendo una formación en
cuidados psicológicos específicos.
Con ello daremos cumplida satisfacción al deseo de conseguir que nuestros
seres queridos vivan mucho tiempo con el mayor grado de calidad posible
y sin el alto coste que, en estos momentos, sufren las personas que están
en su entorno.
El Curso de formación psicológica para cuidadores de personas con enfermedades agudas o crónicas degenerativas puede considerarse como materia transversal de los cursos: Auxiliar de Ayuda a Domicilio, Auxiliar de Enfermería Geriátrica, Asistencia Geriátrica y Gerontológica; y de aquellos otros que tengan relación con el tema y que Radio ECCA oferta a la población adulta.