Todo comenzó con un rumor: “Vive”. Ese rumor se extendió por el fondo del Mediterráneo y, en la actualidad, sigue vigente en el mundo. Ignacio de Loyola incluyó en sus Ejercicios Espirituales un tiempo especial para orar la experiencia del Crucificado / Resucitado. Desde ahí nos invita a mirar la realidad como don, y a responder con amor.